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La Omertá política y los 80 millones de euros del Prestige

Gonzalo Soto  |  30 de junio de 2014 (03:00 h.)
prestige

 

Con la que está cayendo políticamente, es incomprensible el silencio de nuestros políticos, parece como si el gato les hubiese comido la lengua, o lo que es peor, la omertá, por aquello, tu más, es el pacto entre ellos para no destapar  vergüenzas del otro, o lo que es lo mismo, golferías. Para distraer al personal, los piloneros mediáticos predican en tertulias que se debe   cambiar la Constitución, posiblemente tengan razón, aunque supongo será para que miles de golfos no puedan acogerse al aforamiento del que gozan una vez alcanzados el grado de “casta política”. A vivir que son dos días. Yo guindo y como estoy aforado, me la pela, pero la pasta está en mi bolsillo. Los casta de los aforados, vulnera el principio de igualdad: El principio de igualdad tal y como  ha sido entendido por el  Derecho Constitucional, hace que todos los hombres deban ser tratados igualmente por el Estado en cuanto a lo que es esencialmente igual en todos ellos, esto es, en los llamados derechos fundamentales que están contemplados en nuestra Constitución, que son el corolario de la dignidad humana. Los de la “casta política” son intocables.

No estamos en la India, esto es España y en un rincón de la piel de toro, en  un lugar llamado Galicia, conocida desgraciadamente en los últimos meses, no por el Camino de Santiago, o sus parajes diferentes, o el color verde de sus campos,  o por la Costa da Morte y su bravo oleaje, o por las Murallas de Lugo y la torre de Hércules, Patrimonios de la Humanidad, sino por los escándalos de corrupción que la sacuden de Norte a Sur; de Este a Oeste.

Sorprende que en tiempos de carencias económicas, recortes y otros escándalos inconfesables,  nadie quiera destapar el tarro de la abuela, donde han escondido los ochenta millones de euros recaudados con motivo de la tragedia del Prestige. Todo apunta que jamás han existido, o que se evaporaron, o lo que es peor, posiblemente algún político de la época donde en Galicia no se posaban las gaviotas en tierra firme, se ha quedado con una buena tajada de los mismos. Cabe recordar a un político de puertos y pantalanes,  que en su caja de seguridad de un banco en Pontevedra, le “encontraron” varios millones de euros sin explicar convenientemente su procedencia, casualmente tenía algo que ver con la mar salada. Nadie se chupa el dedo, la pasta de los damnificados del Prestige estaba a buen recaudo y no precisamente en los bolsillos de quienes deberían ser los receptores del mismo. Nadie quiere hacerse eco, ni preguntar dónde están los ochenta millones recaudados del Prestige, lo entiendo, no vaya ser que “mi partido” también este pringado. 

Evaristo Lareo,  en el año 2013 dice en un juzgado de Carballo que distribuyó 3 millones de euros desde la cuenta de la Fundación Océano Vivo, algo inaudito cuando el balance de la Fundación es cero.  No hay asiento contable de ese reparto, ni tampoco  quienes supuestamente recibieron esos “euros” recuerdan cantidad alguna. Por no hablar del entramado de  empresas relacionadas con altos cargos de la Xunta de Galicia, denunciadas en un juzgado de A Coruña.

La Fundación Océano Vivo era la responsable de gestionar el dinero de los damnificados del Prestige, que lamentablemente los marineros de Galicia no han visto un céntimo de euro, Los rectores de la Fundación se niegan  a hacer público su destino, inclusive defraudando a la Agencia Tributaria  y las normativas vigentes y en su consecuencia a todos nosotros. En donde las fundaciones que superen los 2.4 millones de euros están obligadas por Ley a presentar una auditoria  externa, pues bien, ni la FEGACOPE ni la Fundación Océano Vivo, han presentado nada en este sentido.

Una imagen vale por mil palabras: En el presupuesto de la FEGACOPE al que hemos tenido acceso, se pasan a la Consellería para su petición de subvenciones.

80 mil euros de viajes.

27 mil euros de asistencia al presidente

3 mil euros para revistas.

OTROS GASTO SIN ESPECIFICAR  204 mil euros

Así hasta 330 mil que se llevan de la caja pública de los ciudadanos y de los niños que pasan hambre en Galicia.

A esto hay que sumarle, 233.000 euros para los mismos personajes asentados en la Fundación Océano Vivo que se jactaba públicamente en su Web de donaciones hasta que les pillaron y las hicieron desaparecer, pero a la contra las ocultan para pedir dinero público, y a ello hay que sumarle la ocultación de al menos 80 millones de euros de los voluntarios del Prestige, dinero pedido a los españoles poniendo a los voluntarios como señuelo para mitigar las carencias de los marineros ante la catástrofe del barco errante, que lamentablemente no han olisqueado ni una lenteja menor que un céntimo de euro. No sé qué pacto puede existir para que nadie quiera hurgar y descubrir donde fueron a parar los ochenta millones de euros, poniendo todas las trabas judiciales posibles para evitar a toda costa se conozca los responsables de lo defraudado

Con la que está cayendo, sin brotes verdes ni milongas por el estilo, a Galicia la han convertido los golfos en la cueva de Alí Babá y los ladrones sin número, cuarenta seria poco. Desgraciadamente los políticos imputados y golfos corruptos convierten a Galicia en un lugar de referencia donde la corrupción tiene real sitio.

El gato que les comió la lengua a los políticos no es el de las botas, precisamente, utilizan las de siete leguas para llenarlas de euros y llevarlos a paraísos fiscales,  mientras miles de  niños gallegos no tiene que comer. Alguien dirá que, por decir la verdad, me he convertido en un terrorista mediático. ¡Manda carallo! Omertá.

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