Ilusión es la palabra más repetida por la afición deportivista. El equipo ha pasado de no jugar  a nada a jugar a algo. El cambio que ha dado Víctor Sánchez al conjunto coruñés en tres días ha sido radical, ahora existe presión, posesión, colocación... y sobre todo actitud.

Los jugadores blanquiazules parecían otros, se dejaron el alma en el campo. Lucha, entrega y sacrificio no faltaron en ningún momento del encuentro. A pesar del penalti y del golazo que marco Chory Castro, en ninguna fase del partido el conjunto coruñés bajó los brazos como sí sucedió en otras ocasiones. Este Deportivo tiene otra cara, y no solo en el banquillo, sino también sobre el césped.

 

 

Ojalá este punto importantísimo conseguido ante un rival complicado sirva de impulso para seguir en esta línea de juego,  y a base de victorias conseguir esa ansiada salvación. Sinceramente Víctor Sánchez me transmite ilusión, trabajo y sacrificio, algo que hasta ahora ni yo ni ningún deportivista había sentido con el anterior entrenador.

Quisiera destacar a un “chaval” que tiene 39 años que en Anoeta se dejó la piel sobre el césped. Unos decían que estaba acabado, que si era cojo que si…. El domingo demostró que tiene mucho fútbol, de sus botas nació el 2-2 en un centro a la cabeza de Oriol que prolonga para que remate Toché. Increíble.

 

 

Es complicado saber que ocurrirá en un futuro, pero paso a paso y con cabeza podemos conseguir quedarnos en Primera. Ahora toca un encuentro complicado frente a los chicos del Cholo Simeone, esperemos que la Champions les pase factura y el Deportivo se aproveche del cansancio para poder conseguir los tres puntos vitales en Riazor.