Muchas veces escucharemos esta semana que si se hubiera jugado esta liga con el compromiso del día de hoy, estaríamos ahora mismo en una situación bien diferente.

También escucharemos acerca del entrenador anterior, de la planificación deportiva y de los sucesos de aquel trágico día en Madrid.

Pero en estos momentos necesitamos afrontar las tres últimas jornadas de Liga con la cabeza puesta en los cuatro conceptos con los que empieza la crónica del partido de ayer, y de esta manera contaremos con alguna posibilidad de no volver al infierno de la Segunda División.

Empezó el partido con un Deportivo que lo dejó todo en el campo durante los noventa minutos, actitud, ayudas, esfuerzo, presión, lo que se le pedía desde hace tiempo lo llevó al campo y dejaron las buenas palabras de las ruedas de prensa para plasmarlas en el campo. El Villareal intentaba salir a la contra pero no podía por la presión coruñesa.

Gran partido de los dos laterales suplentes hasta ahora y que fueron todo esfuerzo y pundonor (Manuel pablo con 39 años es un ejemplo de lo que digo). Y así llegaron las primeras ocasiones de Oriol y Lucas Pérez, con las que debiéramos habernos ido con ventaja al descanso.

Y en la segunda parte pasó todo muy rápido, golazo de la escuadra levantina, contestado al minuto siguiente por Borges con un tiro que rebotó en la defensa y se coló en las mallas del joven portero del Villareal, que hoy jugaba por la ausencia de Sergio Asenjo.

Y de aquí al final, se vio en Riazor un partido loco, en el que el Villareal tuvo sus ocasiones cuando las fuerzas del equipo coruñés empezaron a desfallecer.

Un punto que sabe a poco pero que da esperanza para los choques contra el Bilbao y el Levante.

Y para finalizar ojalá que estas últimas jornadas todos los estamentos del club: Directiva, Equipo y Afición, tanto bajemos como nos mantengamos en Primera tengan en cuenta que cualquier acto que hagamos siempre tenga en mente los conceptos iniciales: UNIÓN, COMPROMISO, ESFUERZO Y DIGNIDAD.

 

Forza Depor