Por cierto y antes de empezar la crónica, un agradecimiento a la Junta Directiva. No sabemos, si ya lo tenían planeado con anterioridad o si coincidió con el ruego. Los servicios para minusválidos ya han sido sustituidos, son amplios e incluso con ayudas técnicas.

Con respecto a la crónica, quizás que el de hoy, ha sido el encuentro más raro que presencié en mi vida. En algunos momentos, no sabía qué hacer, ya que me encontraba rodeado de centenares de camisetas rojiblancas y en cada gol de los sportinguistas, todo el mundo saltando de alegría, menos diez que estábamos en el otro bando y también al revés, cuando el Depor marcaba gol.  La foto muestra el ambiente en que me movía.

 

 

Fue algo surrealista, pero eso sí, todo dentro del respeto mutuo, salvo algunas miradas, que cuando el Depor, marcó el tercer gol, que fue anulado posteriormente, las miradas alcanzaron más intensidad de lo permitido…

Pero vamos a la crónica, ya que algo está pasando en Riazor, la afición está contenta. Bueno quizás no sea esa la palabra, ya que los dos goles de Sanabria al principio del encuentro y encima con los mismos protagonistas, tanto en el aspecto ofensivo, como en el defensivo, si tienen nombres y apellidos y en lo que respecta a los nuestros, posiblemente, les cueste la titularidad.

Los aficionados cuando abandonaban Riazor, se lamentaban de los dos fallos, pero no del juego del equipo, porque opinaban que hay equipo y esta temporada, nos esperan buenas tardes de fútbol.

Ya conocen el dicho de “gallegos y asturianos, primos hermanos”. Pues en la jornada de hoy, los primos fuimos nosotros.