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Dulce resaca para una temporada de garrafón

Diego SanFer @diesanfer  |  25 de mayo de 2015 (03:11 h.)

Mareos, náuseas, vómitos… sorbito a sorbito hasta el gran trago final

 

Y del malo. Como el despertar después de una noche de colocón con alcohol de dudosa calidad, así nos levantábamos todos los deportivistas cada domingo/lunes tras ingerir la derrota o empate de turno de nuestro amado RC Deportivo.

El primer trago nos llegó cuando aún estábamos bajo los efectos de la anterior fiesta, la del ascenso. Uno de los iconos para la Hinchada Que Nunca Se Rinde y pieza clave en la vuelta a Primera, Fernando Vázquez, era destituido fulminantemente con la pretemporada recién comenzada, “supuestamente” por sus declaraciones “criticando” la política de fichajes de la directiva encabezada por Tino Fernández. Sí, aquello de “la quinta y la sexta opción”. La parroquia deportivista mostró su total desacuerdo con la decisión de “cortarle la cabeza” al bueno de Castrofeito, más aún cuando el sustituto anunciado no era otro que Víctor Fernández. Su pasado con los vecinos del Sur avivó la llama de la sospecha y las dudas, aunque su filosofía de gusto por el buen fútbol, más conocido como “fútbol de salón” por otros lares, apaciguó un tanto los ánimos y el voto de confianza se impuso como pacto de no agresión. Tardanza en las incorporaciones, Bojan, Mitroglou, Zuculini… mala planificación y preparación de la pretemporada, primeras críticas… todo esto fue la semilla de lo que iría germinando a lo largo del curso.

El segundo trago fue de los que ves venir. ¡Menuda la de ponche que nos cogimos con el maño! Mareos, náuseas, tambaleos… vamos, un amarillo en toda regla. No es cuestión de hacer leña del árbol caído, aunque tanto lo quiso mover que casi nos lo tira a todos encima, pero lo de este entrenador fue un despropósito jornada tras jornada. Desde las ruedas de prensa con cero autocrítica después de los ocho del Madrid o la feria que montamos en Sevilla, pasando por la total ausencia de un Plan B e incluso de un Plan ‘A Secas’ para reactivar al equipo, nula planificación táctica tanto propia como en función del rival, entrenamientos 'modo stage' y poco profesionales (Haris dixit), Diakités y Borjas… y voy parando porque “parecería” que le tengo manía a VF. Eso sí, la libreta se le debió de olvidar con el gol de Nayim. Al final pasó lo que tenía que pasar, más cerca del amanecer que de la medianoche y al borde del coma etílico en otra farra de feria frente al Córdoba, la “guilloTina” volvió a descender por segunda vez colocando así a Víctor Sánchez del Amo al frente del banquillo blanquiazul.

El último trago, el de la reserva del 18, el que fuimos entonando poco a poco y paladeando con cuidado no fuese a ser que nos diesen gato por liebre otra vez. Nuevos aromas en Abegondo y convencimiento de que sí se podía, aunque no era tarea fácil desintoxicar a un moribundo Depor. El arduo trabajo del día a día, hora a hora y minuto a minuto de VSDA y los suyos consiguió que la plantilla formase piña por primera vez en toda la temporada y sobre todo, hacerles ver que sí eran capaces de poder lograrlo. Anoeta, La Rosaleda, San Mamés, los goles de Lopo y el de Juanfran, el churro de Borges… tantos sorbitos le dimos a la última copa que con el cierre del chiringuito no tuvimos más remedio que apurarla, un tomarla de penalti como en los viejos tiempos, o mejor en dos sorbos largos y refrescantes, uno por Lucas y otro por Salo. Con el de Diogo seguro que a más de uno se le fue la Estrella de la mano salpicando en “la locura del alcohol” formada en cada rincón blanquiazul del mundo entero. Alvedro, Cuatro Caminos y La Fuente, Eurovisión… el resto es historia, la historia de cada uno en una noche de desenfreno blanquiazul. Eso sí, era la penúltima y lo sabéis.

Por último, no podría cerrar este artículo sin hacer mención al peor trago por el que pasó el deportivismo esta temporada. El asesinato de Jimmy. No quiero ahondar mucho en el tema porque se han escrito y dicho tantas cosas, desgraciadamente mucha mierda con una manipulación escandalosa detrás hacia Jimmy, los Blues, nuestro club y nuestra afición, que la mejor manera de honrarle es con un ¡Jimmy Vive! y que esta permanencia también es suya, ES DE TODOS.

 

¡En las buenas, en las malas y en las muy jodidas... Salud!

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