Víctor no está Víctor se fue... Víctor se escapa de mi vida... llega otro Víctor, de Fernández a Sánchez, del enemigo, al de casa... letras que surgen alrededor del banquillo del Depor, donde cada uno da sus valores, algunos más que otros. Marchó Fernández, un entrenador que nunca conectó con la grada, y creo que mucho menos con el espíritu deportivista, un mero alineador que pocas tardes de fútbol nos dejó disfrutar, un personaje apático, frío, y distante que no supo o no quiso darse a querer, su pasado pudo más que él, la cruz de celtarra llegó antes que él a Riazor y se fue, consumida al paso de la Semana Santa.

Ahora llega Vázquez del Amo, Víctor, uno con mayúsculas, ex jugador del Depor, ex ídolo de la grada, que nos hizo disfrutar en muchos partidos...  con una tarea difícil, a lo Fernando Vázquez... hacer en 5 partidos lo que no se supo hacer en la temporada, conseguir la permanencia cuando por plantilla tendríamos que estar en medio de la tabla, deshacer entuertos que le dejan de encargo, y salvar los muebles de un Tino desatinado, que no supo o no pudo ver como el equipo jugaba sin ánimo, como poco a poco se diluían los jugadores que tanto bombo y platillo habían traído a Riazor el día de su llegada, los Cuencas, Orioles y Medunjanins... no rendían, no atinaban, de entre todos solo Lucas tiraba de ego y se subía a hombros el partido, otro como Vázquez del Amo, uno de la casa, un dos nosos.

Baile de letras de VF a VS... baile en el banquillo y baile en Riazor, a ver si no llegamos tarde y podemos “botar a ultima peza” para seguir bailando en Primera, y que no nos bailen a nosotros, que ahora tenemos a “un dos nosos”... el alfa y el omega de nuestra casa... Bueno no, el único alfa y omega de Riazor ha sido y siempre será Arsenio... que empezaba por A... y terminaba en Zorro... pero esa es otra historia.