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Grecia es más que una cuestión de euros

Manu Montero @yalemanu  |  08 de julio de 2015 (22:25 h.)

Más allá de la razón que asista o no al actual gobierno griego, compartamos o no la ideología que lo sustenta y entendamos que una negociación pueda conducirse de otra manera, lo que resulta incuestionable es que lo sucedido el domingo es un hecho que a cualquier demócrata debe llenar de satisfacción

 

El Pueblo, así con mayúsculas, es quien decide. Sucede que cuando los ciudadanos deciden, la clase política se siente, cuando menos incómoda, quizás porque están habituados a tomar decisiones por ellos mismos al margen de una ciudadanía a la que tratan generalmente como idiotas y que solo ponen en valor en el momento justo que precisan de su voto  para auparse al poder, valiéndose para ello de programas electorales confeccionados a la medida de lo que suponen quieren oír los ciudadanos pero a sabiendas que, pasadas las elecciones, cambian a conveniencia, lo que constituye una estafa al electorado, un insulto a la inteligencia.

Dicho esto, cosa distinta es, si Grecia está haciendo todo lo que debe, si puede hacer más o si simplemente nunca debiera haber entrado a formar parte de la UE. Quienes como el Sr. Rajoy insisten en mantener una firmeza mal entendida frente a las demandas del país heleno, no hacen más que retrasar lo inevitable  que no es otra cosa que el necesario acuerdo que haga que Grecia se mantenga en la Unión y a buen seguro que Estados Unidos y el Sr. Obama tendrán mucho más que decir que el Sr. Rajoy sobre orden y equilibrio, en una Europa en permanente construcción, en la que los actuales líderes parecen más ocupados y preocupados en el acoso y derribo de un gobierno de izquierda con el que no contaban e intentan, más que cualquier otra cosa, cortar un brote de raíz para evitar su propagación a otros países como ya se vislumbra en España. El problema de Grecia en relación a la Unión Europea no es económico, es simplemente político. No son las propuestas griegas inaceptables, lo inaceptable es el interlocutor con el que nunca pensaron contar.

Para todos aquellos que ven en Syriza la encarnación del mal, el problema, y ellos se consideran asimismo como parte imprescindible de la solución, cabría preguntarles en este momento donde estaban, ¿dónde estaba hoy el arrogante Sr. Rajoy que vaticinaba en los días previos al referéndum griego que si finalmente se imponía el no, Grecia tendría que salir del euro, cuando el Sr. Tsipras mantenía una reunión con la Sra. Merkel y el Sr. Hollande o si fue invitado o consultado sobre las conversaciones entre Obama-Tsipras o Merkel- Obama. Lo cierto es que la Unión Europea se juega en el envite mucho más que unos pocos millones de euros o el riesgo de contagio de los resultados electorales griegos a las próximas elecciones en España, problema interno del Sr. Rajoy y su partido, mientras que Rusia y China asisten como invitados privilegiados o quién sabe si tan solo invitados. ¡Vayan ustedes a saber!

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