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España no es Grecia pero Podemos parecernos

Manu Montero  |  02 de febrero de 2015 (23:50 h.)
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Cuando se carece de argumentos sólidos, veraces y creíbles, para convencer a los ciudadanos a seguir una línea determinada, algunos se aferran a la opción de sembrar el miedo como única vía de conservar a los fieles: “Fuera de aquí y de nosotros, no hay vida ni esperanza, solo el caos”

 

Quienes impulsan éste tipo de mensajes y lo repiten una vez tras otra, se olvidan de que los ciudadanos y ciudadanas de los pueblos de España han sobrevivido a república, dictadura, transición y gobiernos alternativos de PP y PSOE y seguirán haciéndolo, ¡faltaría más!  Esta es una sociedad que ha ido madurando y ya no se cree que el bipartidismo sea la única opción y más aún, que el seguidismo de las políticas emanadas de la Unión Europea, digamos mejor de Alemania, sirvan a los intereses de las clases menos favorecidas y como casi siempre, sí en todo caso, a las élites.

Sucede que la aparición de Podemos en el panorama político, unido a lo acontecido en Grecia, hace saltar todas las alarmas pero, el gran error de PP y PSOE no es el no haber valorado en su justa medida esta opción, lo es sin duda, la gestión de la crisis, los incumplimientos electorales y la corrupción.

Gobierno y oposición son responsables a partes iguales del desinterés generalizado de los ciudadanos por la política. A fin de cuentas, la abstención siempre jugó a su favor.

No señores, no. Su problema no es Podemos y sí la pérdida de su propio electorado harto de comulgar con “ruedas de molino”, la esquilmación de lo que han venido siendo sus caladeros de votos y carecer de otros alternativos en los que echar sus redes, en los que ciertamente Podemos se encuentra, gracias a sus nefastas políticas, con pesca más que suficiente.

Se siguen equivocando al no entender que la sociedad española, aquí y ahora, lo que urge son cambios y está dispuesta a abandonar esa posición contemplativa de la vida política que han venido alimentando con sus maneras de hacer, viviendo en la comodidad de una alternancia sin amenazas donde las diferencias, han sido mas aparentes que reales, temiendo ahora y con razón que la situación de un vuelco, al menos por un tiempo.

¡Viene el lobo, viene el lobo!

Con ese mensaje pretenden reducir, que no evitar, un descalabro electoral cierto, y no seria de extrañar que, entre las dos grandes formaciones, alguna ya no tanto, se pudiese producir un pacto que evitase su envío a la oposición, sustentado como casi siempre en el interés de España aunque pocas veces en beneficio de los españoles. ¿Será que España y españoles no es lo mismo?

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