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Celebraciones futboleras

Enrique Arias Vega  |  11 de agosto de 2014 (03:00 h.)

Hay quienes piensan que la crisis en España fue más llevadera por los éxitos del fútbol

No hace muchos años, en Estados Unidos el fútbol europeo, el soccer, era un deporte predominantemente femenino. Hoy en día, hasta el presidente Barack Obama se solaza con las proezas futbolísticas del equipo nacional.

Es que ese deporte se ha convertido en un fenómeno global, quizás el mayor de todos en esta época de globalización general. No es de extrañar, en consecuencia, el recibimiento apoteósico en sus países a selecciones modestas, como la de Argelia, por el simple hecho de haber pasado la primera eliminatoria del Campeonato del Mundo. Mayor significación, si cabe, la ha tenido la recepción del equipo uruguayo tras la sanción a Luis Suárez por morder a un contrincante. Su castigo deportivo y la subsecuente eliminación del combinado nacional se debe, según el presidente José Mujica, a que “los de la FIFA son una manga de hijos de puta”. Tal cual. Y es que las pasiones y las celebraciones futbolísticas no tienen límites. Antes las cosas ofrecían una dimensión más comedida. Incluso, cuando la extinta URSS estaba en su apogeo, un manual de su federación prohibía a los futbolistas festejar sus goles “para no humillar a los rivales”.

Hoy día, en cambio, se inventan las más extravagantes celebraciones y si un jugador no exhibe una alegría apoteósica se le acusa de “no sentir los colores”. A causa, pues, del delirio colectivo que entraña el fútbol, los políticos se cuidan muy mucho de asociar su imagen a los éxitos del balompié.

Por eso mismo, hay quienes creen que la crisis económica en España fue más llevadera gracias a los campeonatos conseguidos. Ahora, tras el desastre de Brasil, que se aten los machos los políticos porque no se les va a pasar ni una.

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