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La batalla de Pasadena

Alfredo Ferreiro Golpe @DjukaDepor  |  10 de octubre de 2015 (02:10 h.)
cityhall

Mientras en España la preocupación se centra en la clasificación de La Roja en Las Gaunas para la Eurocopa, en el balcón de México la intriga será en quién alcance el billete para la próxima Copa de Confederaciones

 

Se aproxima una nueva batalla, esta vez en el Rose Bowl de Pasadena, entre unos de los vecinos más beligerantes y encarnizados del planeta. México rinde visita al equipo de las barras y estrellas y eso se nota en el ambiente. Y la trascendencia del choque, también. No es un partido más. Es EL PARTIDO, en mayúsculas.

California será testigo de quién se lleve el envite.

México llega a casa del Tío Sam con presión. Mucha presión. La presión del que se sabe que representa a un país tan futbolero como este. Y llega en el último partido del Tuca Ferretti como seleccionador, independientemente del resultado que acontezca en tierras norteamericanas. Interinidad la suya de tan sólo cuatro partidos. Demencial decisión si se quiere, de una vez por todas, construir un proyecto para el fútbol azteca. Es más, hay tan poco tacto en los dirigentes de la FEMEXFUT, que ya planea la sombra del que vendrá a ser el sexto director técnico del Tri en el breve lapso de tiempo de 3 años. Un desconocido, del que poco más sabemos que es colombiano, que viene del Sao Paulo y que se apellida Osorio arribará pero quién sabe por cuanto tiempo. Sino que le pregunte a Chepo de la Torre, Tena, Vucetich, Piojo Herrera o al propio Tuca.

Por otro lado tenemos al equipo gringo, en las antípodas de conceptualismo y dirección y gestión de equipos de lo que promueve la jerarquía mexicana. Ellos a su ritmo. En su papel. Y con la condición de local a su favor. No es un equipo de campanillas pero seguro que venderán cara su piel. Su orgullo como la mejor nación del mundo, como esa apisonadora que machaca a base de dólares, pesa mucho. Y todo manejándose bajo un prisma sosegado de crecimiento del “soccer” en el país, con bases sólidas y con un proyecto bajo la batuta de Jurgen Klinsmann desde hace 4 años, cuando sustituyó a Bradley. No es de extrañar que en un país como Estados Unidos, que hace arte de los procedimientos de actuación, se le de la responsabilidad a un teutón. Mezcla perfecta para adoctrinar y desarrollar actitudes y capacidades. Aunque Landon Donovan pida la cabeza del técnico si son incapaces de doblegar a México.

Eso sí, al fútbol que nunca se le niegue el factor sorpresa, la picardía, el  descaro, las mañas…Y en eso, el Tri debe manejarse para ganar. Veremos que pasa en la batalla. ¿Sonará al final el God bless America o el Que viva México cabrones? We will see.

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