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Cuando la palabra Kubata no lleva alcohol

Alén Pérez  |  10 de noviembre de 2014 (02:00 h.)
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Puede que no entiendan el motivo de su mote, el por qué cambió el voley por el fútbol, el por qué es madridista, el por qué de su cariño al Racing de Ferrol o el por qué de su don especial para caer bien a la amplia mayoría de la gente que conoce.

Muchos tampoco entenderán el por qué de su espíritu ultra, el por qué su devoción a los Ultra Sur o el por qué Juanito y Don Alfredo Di Stéfano son algunos de sus dioses.

Este artículo, como pueden intuir, tratará sobre la amistad. Sí, eso que se crea entre las personas cuando hace tiempo que se conocen y pasan ratos juntos.

Aunque haya poco menos de diez años de diferencia entre su fecha de nacimiento y la mía, el chaval, que tiene un amigo invisible llamado Lucas y que no para de atravesar paredes, demostró ser grande, estar en las duras y en las malas, en las fiestas y en los momentos malos. En los ascensos y en los descensos.

Muchos de los que me conocéis, lo conoceréis también a él. Se llama Pablo, da Fé y dice ser notario. ¿Aún no caéis? Y si os digo que su primer apellido es Armental, es delegado del equipo juvenil del Boiro y le llaman "Kubata"...

Este artículo va por él, porque todos tenemos algo que agradecerle, algunos, como es mi caso, tenemos muchas cosas por las que darle las gracias. Por estar siempre al otro lado del teléfono cuando lo necesitas o cuando sales de fiesta.

Es para muchos un privilegio poder compartir con él momentos tan buenos. Momentos de collejas, vaciles o cánticos ultras de fútbol a las tantas por pubs del Barbanza mientras discutimos quién paga la consumición.

Eres grande, amigo. Te mereces lo mejor que pueda pasar, tanto tú como Lucas, que no para de atravesar paredes el capullo.

Desde este artículo en Stadio Sport, amigo, te doy las gracias por todo. ¡Grande socio!

 

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