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Los primeros 100 días del cambio son una decepción por culpa de un gobierno desleal que esconde su incapacidad detrás del victimismo

Stadio Sport  |  21 de septiembre de 2015 (14:45 h.)

El portavoz socialista, José Manuel Dapena, espera que cuanto antes el alcalde asuma que está en minoría y que no puede gobernar con el rodillo sino con diálogo y acuerdos

 

El Partido Socialista ha subrayado este lunes que los primeros 100 días del cambio han sido una decepción, con un gobierno que parece empeñado en desaprovechar la oportunidad que le dieron los coruñeses y el voto de confianza que le otorgó el PSOE. El portavoz socialista, José Manuel Dapena, ha señalado la decepción, inacción y deslealtad de la Marea para resumir esta primera etapa de gobierno, en la que la falta de gestión eficaz se ha compensado con escenografía efectista. Al mismo tiempo ha destacado el trabajo del Grupo Municipal Socialista, en la defensa de los intereses de los coruñeses, con responsabilidad y coherencia

José Manuel Dapena ha realizado un recorrido por los 100 días del nuevo tiempo político, en el que los coruñeses pidieron cambio, acabar con las políticas del PP, los recortes de la derecha y su falta de soluciones. “Nos dejaron una ciudad peor de la que estaba, con menos servicios, con más paro y sin proyecto de futuro”, ha relatado sobre el gobierno del PP.

Los coruñeses pidieron cambio pero también pidieron diálogo y nuevas formas de hacer política, por eso no otorgaron mayorías absolutas, porque querían un cambio  también en las formas, ha señalado el portavoz socialista. En este nuevo momento, al PSOE le ha correspondido un papel relevante, “los coruñeses nos pidieron que facilitásemos ese cambio, pero que al mismo tiempo ejerciésemos una labor de control, cordial pero férreo, colaborador pero firme”. Los coruñeses hicieron concejal a Xulio Ferreiro, pero fueron los votos del PSOE los que le hicieron alcalde. El PSOE votó cambio porque los coruñeses pidieron cambio, pero un cambio en el gobierno y en las formas. Y dijeron que el pilar de la nueva política debe ser el diálogo, la puesta en común, la negociación previa a la toma de decisiones.

Desde un gobierno en minoría. El alcalde se ha saltado el mandato ciudadano e intenta imponer el rodillo de la mayoría. Lo intentó con el primer pleno de organización y recibió el rechazo mayoritario de la Corporación; lo intentó por segunda vez en el primer modificativo y volvió a recibir el rechazo mayoritario de la Corporación, y lo mismo le ha ocurrido en el segundo modificativo. Intenta imponerse sin respetar la voluntad de diálogo y de consenso mayoritario de la Corporación. Incluso se salta e incumple los acuerdos que el ha valorado y firmado.

 

Rodillo desde la minoría

Está imponiendo el rodillo a base de decretos, tomando decisiones unilaterales. El ejemplo más claro es el de la participación ciudadana. No respeta las comisiones, que no convoca, y desarrolla fórmulas y órganos de manera unilateral sin pasar por la comisión ni consultar, ni dialogar, ni  consensuar.

Tal y como ha explicado el portavoz socialista, el alcalde tiene que aceptar que no tiene mayoría absoluta, tiene que ser consciente de que los coruñeses no le dieron la mayoría absoluta, y cuanto antes lo asuma mejor para la ciudad. En escenografía, en puesta en escena, tiene buena nota, pero en gestión merece un suspenso. No ha estado a la altura de la ciudad y necesita mejorar con prontitud.

 

Alcalde victimista

Los coruñeses no pidieron un cambio por el cambio, querían un cambio seguro, un cambio a mejor; querían un cambio que trajese soluciones, que aportase decisiones útiles y eficaces no efectistas, y hasta ahora ha sido más efectista que eficaz. Hasta ahora hemos visto de casi todo menos soluciones: hemos visto como se enfrascaba en enfrentamientos inútiles o para la galería; hemos visto como ha paralizado proyectos sin justificación; hemos visto como suspende o modifica actividades con desigual resultado; hemos visto muchas fotos y muchos titulares, hemos visto al alcalde en Madrid, Barcelona y Zaragoza paseando con medio gobierno, pero realidades concretas hemos visto pocas o ninguna. Parece que el paro ya no es un problema en la ciudad y que los servicios sociales llegan a todos los coruñeses. Al alcalde no le hemos oído hablar de programas de rescate social, ni de medidas de choque para ayudar a los que peor lo están pasando.

En resumen, en opinión del PSOE, se trata de un gobierno que ha decepcionado en sus primeros cien días, más efectista que eficaz, que no tiene palabra, que aplica el rodillo de la mayoría a pesar de ser minoría, un gobierno victimista, que echa la culpa a los demás para ocultar su incapacidad.

 

PSOE, responsabilidad y coherencia

Por nuestra parte, el Grupo Socialista, una vez más, ha puesto por delante el interés de los coruñeses, hemos actuado con responsabilidad y coherencia. Hemos facilitado el cambio, hemos hecho alcalde a Xulio Ferreiro con nuestros votos y le hemos dado un voto de confianza, pero no está correspondiendo esa confianza. La confianza se gana día a día llegando a acuerdos y respetando la palabra dada.

Nos hemos ofrecido para dialogar y consensuar, como socios preferentes o con todos a la mesa y hemos aceptado ambos papeles cuando Marea así lo ha querido, pero por responsabilidad con los coruñeses y la coherencia que nos imponemos, hemos apoyado al gobierno cuando debíamos apoyarlo y le hemos frenado cuando teníamos que frenarlo.

Desde el primer momento hemos asumido el papel relevante que nos han otorgado los coruñeses y así hemos actuado, tanto en la organización municipal, como en la definición de los cambios en el presupuesto como ahora en la elaboración de ordenanzas fiscales y presupuestos. Tenemos un papel y lo estamos llevando a cabo con decisión, con responsabilidad y coherencia, escuchando a los vecinos y cumpliendo el compromiso que hemos adquirido con ellos.

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